martes, 25 de enero de 2011

INVENTANDO EL AGUA TIBIA (El Regional del Zulia)


Inventando: el agua tibia.



Gloria Cuenca.






Los comunistas, marxistas leninistas, maoístas, castristas, chavistas se destacan por la ignorancia que reflejan en todas sus posiciones, decisiones y actuaciones. Muy poco de los seguidores del “proceso” se han sometido al estudio de las obras de los “padres del comunismo”. Sin embargo, el innombrable, se sabe de memoria a Mao en lo que se refiere en sus estrategias para desarrollar la división, el desencanto y la traición entre la población y sus seguidores. De allí que, aún cuando siempre creo en aquello, de que “al inocente lo protege Dios”, es necesario estar alertas sobre lo que están tramando para tratar de seguir doblegando y sometiendo al país. Como siempre, están desactualizados en todas las materias que se refieren a la historia de Venezuela y más aún a la historia de la academia. Además de hacer un enfoque distorsionado al analizar los hechos,  creen que están inventando el “agua tibia” en cada circunstancia. Puedo hablar con seguridad sobre esto, porque fui protagonista de primera fila del movimiento de renovación universitaria, en los ya lejanos finales de los 60 y comienzos de los 70. Algunos de los planteamientos que nos quisieron vender en la ley que, gracias a Dios, a los universitarios y a los demócratas del país, no se puso en vigencia, (pero, que ojo, no hay que descuidarse) era la paridad entre los obreros, los estudiantes, los empleados y los profesores a la hora de seleccionar las autoridades. Por otra parte, la tan cacareada participación, que hasta en la Constitución de la República está, como si fuera un gran logro y una novedad. Recordemos, a pesar de los años transcurridos, como en efecto se puso en práctica en algunas Facultades y Escuelas de la Universidad Central de Venezuela, vía los Consejos de Escuelas y Consejos de Facultad, esa paridad y participación. (Especialmente, en la Escuela de Comunicación Social) Es verdad, que durante el mandato del Dr. Caldera se intervino la universidad y luego se produjo la reforma de la Ley que nos ha regido por todas estas décadas. Fuimos expulsados de la universidad, aproximadamente 33 profesores. La única mujer fui yo. Antes de la expulsión, habíamos puesto en práctica, todo lo que en esta invención del socialismo del siglo XXI, quiere hacernos creer es una gran novedad: paridad y participación. Resultó un gran fracaso. Empleados y obreros fueron electos con la participación de todos, y se inhibieron rápidamente. No querían asistir, por cuanto el trabajo ordinario se les atrasaba. Mientras que la participación, las asambleas, las discusiones y los foros, pronto fueron abandonados, quedándose una minoría  en los debates y a discutir. De manera que hacer creer a estas alturas que se trata de democratizar la universidad es una de las grandes fantasías y falacias del régimen. No se puede descuidar la defensa de la autonomía y la universidad, debemos seguir atentos y vigilantes, por cuanto por ignorancia y/o mala fe quieren destruir una de las instituciones más prestigiosas del país: la universidad.  

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