Sadismo en la política.
Gloria cuenca.
Tengo
demasiados años para quedarme callada cuando observo, con verdadero horror, lo
que ha hecho un sector del gobierno en contra de la familia de Leopoldo López y,
de los venezolanos que creemos que debe estar en la calle, haciendo lo que le
corresponde. No han sido fáciles estos últimos días de represión gubernamental,
de protesta constante y desde todos los ámbitos: los jóvenes, las mujeres, los artistas,
la tercera edad, en fín todo el país democrático, acompañando los deseos de
libertad, igualdad y justicia, como si estuviéramos en el siglo XVIII. Decía
Stefhan Sweiff: “un corazón sentimental es un miserable patrimonio”. Me lo digo
a mi misma con bastante frecuencia. Se lo advierto a mis hijos, nietos, amigos
y demás familiares Es una herencia que no quisiera tener, pero allí está. Como
comunicadora suelo ponerme en el lugar del otro-a, para así entenderlos y
comunicarme mejor. Es decir, suelo ser, o pretendo serlo, empática, para de esa
manera cumplir a cabalidad con los hechos que me resultan difícil de entender.
Lo confieso no lo he logrado. Este militarcillo que llama “monstruo” a
Leopoldo, porque ya quisiera él, tener los testículos del líder encarcelado,
demuestra que se muere de envidia. Que quisiera ser así, un “monstruo” capaz de
sacrificarlo todo por los ideales. Sin
tantos miedos, que lo llevaron a disfrazarse de enfermera, aquél “11 de abril”.
No se crea que escribo esto por cuanto sigo, exclusivamente, el liderazgo
valiente de LL. Soy una obsecuente seguidora de todos esos muchachos
extraordinarios que Venezuela nos dio a conocer, en esta etapa terrible. Soy
una enamorada de sus acciones. Los venero. Los siento como si fueran mis hijos,
y los hubiera parido, con el perdón de los celos que puedan sentir sus madres.
¡Ah, Venezuela! ¡Qué tierra esta de gracia y bendita! Dios nos ha puesto esta
prueba para que comprendamos lo grande y hermoso de la lucha de estos jóvenes-
hombres y mujeres- aguerridos, valientes, preparados e inteligentes Los veo y
no puedo evitar las lágrimas. Son lágrimas de orgullo, de amor, de felicidad
por tener estas maravillosas demostraciones en las generaciones que han ido
surgiendo en la medida en la que, Venezuela lo ha necesitado. Sin embargo, a lo
que en realidad me quiero referir es al sadismo en la política.
Que conozca, quienes practicaban y
hacían uso sádico del poder fueron torturadores conocidos y renombrados. Su
final fue siempre terrible. Nunca había escuchado a nadie decir mentiras de tal
magnitud para aterrorizar y desesperar a familiares, amigos, seguidores, gente
de buena fe, públicamente. Siempre hubo que, ir a la cárcel interesados-as para
preguntar por el estatus de novios, esposos, amigos, amigas y compañeros de
ideología, entre otros. Les daba vergüenza confesar sus fechorías. No es así
ahora. Parece que se vanaglorian Esto de estarle poniendo sobre nombres,
irrespetando así a un líder preso- les guste o no, a la gente del gobiernillo- diciendo
mentiras, utilizando programas para intentar descalificar y tratando de mejorar
el raiting, por cuanto nadie, con dos dedos de frente los escucha, resultó
grotesco. A pesar de habernos puesto a nosotras a rezar, a llorar y a sufrir,
como si no bastara con lo que padecemos a diario, con todo lo que les pasa a
estos jóvenes, valientes, que arriesgan su vida y su libertad en la calle,
saber que Leopoldo estaba vivo y bien fue una extraordinaria alegría para los
demócratas. Comportarse como Nereo Pacheco, (época de Gómez) Pedro Estrada, Miguel
Silvio Sanz, “Suela espuma”, el Bachiller Castro, entre otros torturadores
memorables, por mencionar solo los de peor recordatorio, parece una táctica del
más puro fascismo, al cual tanto le teme la gente del gobierno. Ser
torturador requiere de sadismo, ser propagandista de torturas, implica unos
grados más de patología psico social. Es lamentable, pero así es esta gente.
Ahora, María Corina Machado,
siempre valiente, se enfrenta a la persecución personal, pero además puede
observar la agresividad de la gente del gobierno, al reprimir a los habitantes
de una zona de Caracas, edificios de “El Paraiso”, que la gente denomina “Los
verdes”, donde se han cometido toda clase de abusos y arbitrariedades. Hace un
video sobre el tema. Ella pregunta: ¿Qué es es esto? Es el comunismo estalinista
y castrista en acción, respondo. Se comportan de esa manera, así se construyó
eso que se conoció-después de finalizado el período estalinista- como la
pedagogía del terror. Aterrorizan a los ciudadanos indefensos, estropean sus
propiedades, matan a sus mascotas, insultan y amenazan para de esa manera
paralizar por la vía del terror a las personas. Es difícil rebelarse frente a
estas acciones agresivas y repulsivas que se toman para amedrentar. Es cuestión
de tiempo. Llega un momento en que no se puede aguantar más. Por eso el final
del siglo XX, todo se terminó: fue sorprendente; se tumbó a martillazos el Muro
de Berlín. Se reunificó Alemania, formando el poderoso
país que es hoy. Se acabó la Unión Soviética, y especialmente el Partido
Comunista de la URSS. Se fueron democratizando las mal llamadas repúblicas
democráticas de la Europa del Este. Unas se separaron, el caso de la antigua
Checoeslovaquia, que se dividió, formó dos países y se llaman República Checa y
Eslovenia. Dramático el caso de la antigua Yugoeslavia, reunida a la fuerza por
el Mariscal Tito y sometida al comunismo, después de la Segunda Guerra mundial.
De allí surgieron seis países: Bosnia, Herzegovina, Croacia, Montenegro,
Macedonia y Serbia. Ninguno comunista. En toda Europa desaparecieron los
partidos comunistas. Al saberse todas las verdades de lo que ocurría, tras la
llamada “cortina de hierro”, las torturas, los campos de concentración, los
asesinatos en masa, los juicios sin ningún tipo de referencia legal, en fin
arbitrariedades a granel, decidieron con el partido comunista de primero,
quitarse el vergonzoso nombre de “partidos comunistas”. Pero, ¿qué saben de
esto, los cubanos del G2 y sus cómplices de aquí? Son autómatas de la maldad. No se dan cuenta
que ese mundo terrible que crearon genios del mal, Lenin, Stalin, Mao, Polpot,
Castro y Kim Il Sun, entre otros, no podía subsistir en el planeta. Si bien se
han logrado mantener por cierto tiempo, engañando a idiotas resentidos, el
mundo se aproxima cada vez más a la democracia. Estos restos de tiranía, no
sobrevivirán en la época luminosa que llegará.
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